La curiosidad mató al lector - Actividad 16
Borges plantea que el lector policial es inquieto, cuestiona todo movimiento desde el principio de la historia. Es un lector que ya conoce el formato policial, y lo trasciende a otros géneros. Intenta adivinar o acertar el desenlace del relato; intenta superar el enigma, superarse como lector; desafía al relato policial para ponerse a la altura de quienes en la historia develarán el crimen. Este tipo de lector nace con la literatura policial que, según Borges, la engendra el mismísimo Edgar Allan Poe. Explica que se trata de una contraposición que hace Poe a su vida, creando un mundo literario que no refleje su vida, que no refleje la realidad sino que se trate de un mundo puramente fantástico pero a la vez intelectual. Que no sobrepase la línea de fantasía, sino que forme parte de un mundo posible pero que es enigmático porque no se asimila con la realidad, provocando en el lector una incertidumbre y preguntas sin respuesta. La solución? Solamente al final. Porque así funciona la estructura del policial: principio - medio - fin. Sin embargo, para un lector aficionado del policial, los cuentos de Poe son simples, predecibles. Es la puerta al mundo policial, las obras por las que un principiante en este género debe pasar para llegar a las obras de escritores posteriores.
“Nosotros, al leer una novela policial, somos la invención de Edgar Allan Poe”
J.L.Borges
El policial se fue resignificando, evolucionando. Según Borges, no en todos los países tuvo el mismo significado ni siguió con la misma lógica de Poe de generar un ambiente fantástico – intelectual.
La literatura de hoy, tan caótica como el mundo que habitamos, se priva de los
detalles, pero se contrapone a este género de la literatura clásica, a través
del cual no se pueden obviar personajes, suprimir hechos, ni dar lugar a la interpretación.
El formato policial es puramente descriptivo y trae si o si una solución a todo
lo planteado. El lector solo desarrolla emociones e incertidumbre para develar,
junto a los personajes, el final de la historia.
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